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Los mandatarios de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) buscarán partir de este martes 22 de agosto, en Johannesburgo, que este bloque, que representa casi un cuarto del PIB mundial, tenga mayor peso económico y proyección política global. Los BRICS, en pocas palabras, buscan desdolarizar el mundo, eso como objetivo principal de las discusiones que allí se darán.
Los gobernantes discutirán propuestas hechas por Brasil y Sudáfrica de crear una moneda de uso compartido para transacciones a nivel mundial, en el marco de una política de desdolarización del orbe. Asimismo, será tema de debate una idea de Rusia de dar vida a una cesta de monedas nacionales de los países miembros del organismo. Pero también el uso de monedas digitales, prohibidas en Bolivia, para las transacciones comerciales será discutido durante las sesiones de trabajo.
En simultáneo, los líderes de los BRICS tendrán como punto principal de análisis la definición del protocolo de adhesión de nuevos países, entre ellos nuestro país. Hasta ahora, un total de 23 países solicitaron de manera formal unirse a los BRICS: Argelia, Argentina, Bangladesh, Bahréin, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Egipto, Etiopía, Honduras, Indonesia, Irán, Kazajstán, Kuwait, Marruecos, Nigeria, Palestina, Arabia Saudita, Senegal, Tailandia, Emiratos Árabes Unidos, Venezuela y Vietnam.
La inclusión de Bolivia en los BRISC, en primer lugar, le brindaría acceso a un mercado mucho más amplio y diversificado. Al formar parte de este grupo, el país podría aprovechar las oportunidades de comercio y colaboración con algunas de las economías más grandes y de más rápido crecimiento del mundo. La expansión de las exportaciones bolivianas hacia estas naciones podría impulsar el crecimiento económico y mejorar la balanza comercial del país.
Además, la membresía en los BRISC podría aumentar la inversión extranjera directa (IED) pero el Gobierno tendrá que revisar el marco legal en cuanto a fomento y protección de la inversión extranjera así como los mecanismos de arbitraje. Los inversores de estos países podrían ver a Bolivia como un destino atractivo para establecer operaciones, aprovechando los recursos naturales y el potencial en sectores como la minería, la energía y la agricultura. Esta inversión podría modernizar las infraestructuras y estimular la creación de empleo, lo que a su vez impactaría positivamente en el bienestar de la población.
En cuanto al litio, el Gobierno buscará alianzas estratégicas para industrializar el litio con soberanía cuando el presidente Luis Arce participe de la cumbre este 24 de agosto.
Otra ventaja clave sería el acceso a conocimientos y tecnologías avanzadas. Los BRISC poseen capacidades técnicas y científicas en diversos campos, y compartir esos conocimientos con Bolivia podría acelerar el desarrollo de sectores como la tecnología, la investigación y la innovación. Esto, a su vez, podría contribuir a la diversificación de la economía boliviana y hacerla menos dependiente de las exportaciones de materias primas.
La cooperación en materia de infraestructura y energía también podría ser beneficiosa. Los BRISC están involucrados en proyectos de desarrollo de infraestructura a gran escala y en la creación de redes de transporte y energía. Participar en estos proyectos conjuntos podría mejorar la conectividad de Bolivia dentro y fuera de la región, lo que a su vez podría facilitar el flujo de bienes, servicios e inversiones.
Finalmente, la membresía en los BRICS podría fortalecer la posición de Bolivia en la arena internacional y proporcionar una plataforma para influir en las decisiones globales. Al tener voz y voto en discusiones que afectan a cuestiones económicas, políticas y ambientales, Bolivia podría defender sus intereses de manera más efectiva y contribuir a la configuración de políticas y acuerdos internacionales.